De todos los subgéneros que han nacido gracias a las monster movies de bajo
presupuesto hay uno que me parece absolutamente delirante: el de los monstruos
mutados genéticamente. En los últimos tiempos son muchas las películas de la
inefable cadena norteamericana SyFy de este tipo y, sobre todo, se han
popularizado mucho aquellas en las que la bestia protagonista es el fruto de la combinación de
los genes de dos animales. Esto es lo que nos vamos a encontrar en Sharktopus.
Una empresa que trabaja para la marina de los Estados Unidos está
desarrollando el arma definitiva: un animal genéticamente modificado mitad
tiburón, mitad pulpo, pero los problemas empezarán en el momento en que los
científicos pierdan el control sobre el animal.
Con un argumento tan delirante queda claro que esta no es una película que
haya que tomarse muy en serio. Estamos ante una TV movie cuyo principal
atractivo es un bicho tan bizarro que tiene cabeza de tiburón y tentáculos de
pulpo, pero si a ello le unimos que el
productor de Sharktopus es Roger Corman ya os podéis imaginar por dónde van los
tiros: interpretaciones para olvidar, efectos especiales de saldo y tramas
surrealistas.
Pero, a pesar de todo esto, no se puede decir que la película esté mal
hecha. Es más, si por algo se distinguen las películas dirigidas o producidas
por Roger Corman es que tienen una factura mucho más decente de lo que suele
ser habitual en este tipo de producciones y eso se nota, por ejemplo, en el
monstruo. Para empezar, se le ve mucho y esto no suele ser muy usual ya que en
las monster movies cutres se tiende a mantener oculta a la bestia porque cuanto
menos se vea de ella menos cuenta se dará la gente de lo mal diseñada que está
pero, en Sharktopus, el monstruo aparece mucho y, además, sus apariciones son
de lo mejor de la película ya que, la verdad, está bastante bien hecho. No
quiero pasar por alto que estas escenas son las más divertidas, primero porque
ver a la bestia en acción no tiene desperdicio y segundo porque, sobre todo en
la primera mitad de la película, se dan las típicas escenas en las que el bicho
se come a alguien pero el resto de la gente sigue actuando como si la cosa no
fuera con ellos (para muestra, la escena de la joven, el anciano y la moneda).
De lo demás, no merece la pena comentar gran cosa. El reparto lo encabeza
Eric Roberts, un rostro muy habitual en las producciones de bajo presupuesto
que, aunque no os lo creáis, está de lo
más solicitado. Para que os hagáis una idea, ahora mismo tiene pendientes de
estreno más de 10 películas y más de 30 en post-producción así que ríete tú de
la filmografía de Nicholas Cage, que el día que este hombre se jubile seguro
que marcará una cifra record. Hay que reconocer que Eric Roberts es el único
que pone algo de su parte, el resto, como siempre, se dejan llevar bastante por
el tipo de película en la que están trabajando y nos ofrecen unas interpretaciones
de lo más flojas pero, como digo, es lo habitual en estas cintas así que ni te
das cuenta de ello.
En líneas generales, es una más de las típicas producciones de saldo que
suelen emitir en la SyFy. Los que os atreváis con ella ya sabéis de que va el
tema así que dudo mucho que os defraude porque da lo que se espera de ella.
No hay comentarios:
Publicar un comentario