Cuando se habla de cine teen o cine adolescente muchas veces tendemos a pensar que este tipo de cine sólo engloba películas bobaliconas con historias de amor más o menos complicadas y, que destacan por ser ñoñas, estereotipas y más ideales que reales. Pero, a pesar de lo alargada que puede llegar a ser la sombra de la saga Crepúsculo, la realidad es que dentro de este tipo de cine podemos llegar a encontrar auténticas joyas como es Las ventajas de ser un marginado.
Charlie (Logan Lerman) es un joven
que intenta encontrarse a sí mismo mientras busca su sitio en esa jungla llamada
instituto. Charlie no lo tiene nada fácil, es tímido, sensible e inteligente y, a su
alrededor, nadie parece valorar ese tipo de cualidades, pero todo cambia cuando
conoce a Patrick (Ezra Miller) y Sam (Emma Watson) y entra a formar parte
de su círculo de amigos.