Cuando se habla de cine teen o cine adolescente muchas veces tendemos a pensar que este tipo de cine sólo engloba películas bobaliconas con historias de amor más o menos complicadas y, que destacan por ser ñoñas, estereotipas y más ideales que reales. Pero, a pesar de lo alargada que puede llegar a ser la sombra de la saga Crepúsculo, la realidad es que dentro de este tipo de cine podemos llegar a encontrar auténticas joyas como es Las ventajas de ser un marginado.
Charlie (Logan Lerman) es un joven
que intenta encontrarse a sí mismo mientras busca su sitio en esa jungla llamada
instituto. Charlie no lo tiene nada fácil, es tímido, sensible e inteligente y, a su
alrededor, nadie parece valorar ese tipo de cualidades, pero todo cambia cuando
conoce a Patrick (Ezra Miller) y Sam (Emma Watson) y entra a formar parte
de su círculo de amigos.
Muchas veces se nos achaca a los
adultos que no nos gusta el cine adolescente porque no entendemos a las nuevas
generaciones y porque hemos olvidado lo que es ser adolescente. Quizá sea
cierto, no lo sé pero si hay una película que me ha hecho recordar como pocas
otras lo que fueron aquellos años esa ha sido Las ventajas de ser un marginado.
Y no es porque me sienta especialmente identificada con alguno de los
protagonistas, pero sí que han conseguido que empatice por completo con cada
uno de ellos. Así, he entendido sus miedos, su necesidad de encajar en algún
sitio, su incertidumbre ante lo que vendrá y sus ganas de vivir y experimentar.
Vamos, lo que es ser un adolescente.
Las ventajas de ser un marginado
es de esas películas que “te hacen
sentir”, que te da en que pensar, que te ronda por la cabeza durante unos
cuantos días…la he visto hace un tiempo, he visto otras películas después y,
sin embargo, su huella sigue ahí. Y eso sólo lo consiguen las películas que te
llegan al corazón siendo honestas.
Con esta cinta me pasa lo mismo
que con Cuenta conmigo: me invade la
nostalgia y sus personajes me producen una enorme ternura. Ambas películas
tienen en común su capacidad de retrotraerte, con bastante facilidad, a épocas
anteriores de tu vida porque la historia que nos muestran es realista y creíble
y porque está es la historia de Charlie pero podía ser la de cualquiera de
nosotros.
Alguno pensará que, en una
película que se habla de temas tan complicados
como son los traumas infantiles o el bullying (no es ningún spoiler, se ve
desde el principio de la película), lo normal es que se te remueva algo por
dentro, y, sí, claro, pero es que la cinta no es morbosa ni pretende serlo. Si
conocemos este tipo de datos de los personajes no es para que nos den pena, es
para entenderlos porque, tal y como sucede en la vida real, la personalidad de
cada uno de nosotros se va forjando a medida que nos pasan cosas, buenas o
malas. Además, incluso en los momentos en los que hay que tocar temas realmente
duros, no hay sensacionalismo ni intención
de buscar la lágrima fácil, todo se aborda con una gran sensibilidad y
delicadeza.
La historia, por si misma, es de
las que engancha, pero no valdría de nada sin un elenco a la altura. Mis
felicitaciones a los que hicieron el casting porque el trío protagonista funciona como un reloj y tiene muy buena química
entre sí. El aire de frágil y apocado que tiene Logan Lerman es, en este
caso, crucial para darle más credibilidad a su papel y Emma Watson está
deslumbrante, como siempre, pero el que arrasa en todas las escenas en las que
aparece es Ezra Miller.
He hablado de la historia, he
hablado de los protagonistas pero no he hablado aún de dos elementos esenciales
en Las
ventajas de ser un marginado: la música y los diálogos. De la música
voy a destacar un momento que, por circunstancias ajenas a la película es aún
más especial. Me refiero al momento en el que los tres amigos van en un coche y
escuchan el We can be heroes de David Bowie. La escena es
maravillosa pero, con la muerte de Bowie tan cercana en el tiempo, su magia
aumenta. Sí, es cierto que resulta muy poco creíble que unos chicos que
demuestran tener bastante cultura musical no conocieran esa canción, pero la
búsqueda que inician para descubrirla tiene tanto significado (como la propia
canción en si misma) que se perdona esa licencia.
En cuanto a los diálogos, a lo
largo de la película son varias frases las que se te quedan marcadas a fuego.
Yo me quiero quedar con dos: “aceptamos
el amor que creemos merecer” y “sólo
quiero asegurarme de que la primera persona que besas te quiere”. Creo que
estas dos frases resumen muy bien lo que tiene esta pequeña gran película:
sentimiento a raudales.
Dicen que el tiempo pone las
cosas en su sitio y espero que sea justo con esta película porque lo merece con
creces. No esperéis grandes alardes, ni
nada pomposo, Las ventajas de ser un
marginado es sencilla y realista pero, a la vez, mágica y delicada.
PD: después de ver la película me
he enterado de que está ambientada en los años 90. Toda mi adolescencia se desarrolló en los 90 así que
ahora aún me siento más cercana a Charlie, Sam y Patrick y me pregunto ¿Cómo
les habrá tratado la vida? ¿Qué habrá sido de ellos? ¿Seguirán siendo infinitos?
¿Seguirán siendo invisibles?
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