Siempre hay ganas de cortos pero cuando el menú es tan atractivo como el
que nos ofrecieron el pasado martes, aún más. Los asistentes a la Sesión
VIII de Cortópolis León íbamos a poder disfrutar de un puñado de buenos
cortos, todos ellos proyectados en anteriores sesiones, entre los que íbamos a
tener que elegir uno solo. La tarea no iba a ser nada fácil porque, como os
digo, había muy buenos títulos pero nadie dijo que la vida del jurado de cine
fuera fácil así que, primero, tocó disfrutar de la sesión y, luego, hacer de
tripas corazón y votar.
Toca empezar diciendo que la presentación fue más corta de lo habitual y,
básicamente, sirvió para conocer que Aquel no era yo fue el corto ganador
del premio del público de la sesión anterior. Tras eso, empezó rápidamente la
proyección, no en vano teníamos por delante 105 minutos de cortos.
Los cortos que vimos este pasado martes fueron proyectados hace unos meses. Misterio,
Death
of a shadow, Voice over, Record/Play y Curfew
pudimos verlos en la Sesión I mientras que Todos
los hombres se llaman Robert, Backwater gospel y Absolutamente
personal los vimos en la Sesión III. Como ya en su día os
hablé de todos estos cortos, simplemente me limito a invitaros a leer la
crónica que escribí de estas sesiones en aquel momento pero sí que os puedo
decir que las impresiones que tuve la primera vez que vi estos cortos han sido
las mismas tras un segundo visionado, es decir, que igual que en aquel momento
mis favoritos fueron, por una parte, Misterio y Curfew y, por otra Absolutamente
personal, en esta Sesión VIII la sensación ha sido la
misma.
Esta vez me fue imposible quedarme al recuento de votos post-cortos pero no
tengo el más mínimo problema en decir que mi voto fue para Curfew. Me costó mucho
decidirme entre éste y Absolutamente personal, ya que el
corto español me parece una auténtica joyita que, en ciertos momentos, me
recordó a la maravillosa Relatos Salvajes.
Sin embargo, Curfew tiene un “algo” que hace que la historia se te meta dentro,
sobre todo porque te recuerda que, por mucho que lo neguemos, todos necesitamos
sentirnos queridos.
Es muy curioso que la entrada más corta que le dedico a Cortópolis León sea la de una de las sesiones más largas que hemos podido
disfrutar. Que nadie se lleve a engaños por esto ya que es algo meramente
circunstancial porque esta Sesión VIII puede ser considerada un
auténtico éxito por la cantidad de gente que fue (apenas quedaron sitios
libres) y por el nivelazo de los cortos que fueron proyectados.
Por cierto, un pajarito me dijo que el mes que viene tendremos sesión doble
de Cortópolis León, la siguiente media maratón y una sesión con cortos nuevos. Queda clara una cosa: tenemos Cortópolis León para rato.