Mucho se ha hablado de que el 2014 fue el año en el que el gran público se
reconcilió con el cine español y, por eso, se está prestando especial atención
a los estrenos patrios que nos van llegando para comprobar si lo del año pasado
fue casualidad o, verdaderamente, las cosas empiezan a ser de otra manera en el
cine español. Uno de los estrenos que más había sonado en las últimas semanas
era Perdiendo
el norte, una de las comedias que nos llega este año buscando ser la
sucesora de Ocho apellidos vascos.
Hugo (Yon González) y Braulio (Julián López) son dos jóvenes que
han dedicado buena parte de su vida a formarse pero que, por culpa de la
crisis, no tienen ni futuro ni trabajo en España. Un día ven en la televisión
un programa que habla de lo bien que les va a los españoles en Alemania y
deciden irse allí, para probar suerte. Sin embargo, no tardarán en descubrir
que la realidad laboral en Alemania es muy distinta de la que imaginaban.
Menos mal que aún queda mucho año por delante porque si la gran apuesta
cómica del año es Perdiendo el norte, que paren el tren, que yo me bajo. Perdiendo
el norte pretende ironizar tratando temas tan serios como la crisis o
la emigración pero lo hace de una manera tan poco consistente y superficial que
al final, lo que ves, te da más pena que risa. No ayudan nada Yon
González y Blanca Suárez, la pareja protagonista, que no sólo no hacen
ninguna gracia sino que, encima, demuestran en cada plano que comparten que la química entre ellos brilla
por su ausencia. De hecho, la película resulta mucho más interesante cuando se
le da más protagonismo a las subtramas protagonizadas por los secundarios y eso
que, en general, todas ellas son bastante previsibles.
Lo que cuesta aceptar es ver a un grande del cine español como José
Sacristán participar en esta nimiedad de película. Tiene mucha lógica
porque su personaje sirve como homenaje a todos aquellos españoles que en los
años sesenta tuvieron que ir a Alemania (como el mismo nos enseñó en Vente a Alemania, Pepe) y porque su
subtrama le da un toque melancólico a la película pero, aun así, hay tanta
mediocridad a su lado que casi parece indigno relacionar su nombre con Perdiendo
el norte. También creo que tanto Carmen Machi como Javier
Cámara están totalmente desaprovechados, todos sabemos que son dos
actores muy dotados para la comedia pero sus papeles son tan testimoniales que
no tienen tiempo de demostrar lo más mínimo.
Algo que me ha gustado mucho han sido las panorámicas de Berlín lo que pasa
es que centrarse tanto en hacer una postal de la ciudad en la que se desarrolla
la historia lo único que ha conseguido es robarle
tiempo a la historia y acentuar la sensación de inconsistencia que tiene la
película. Digamos que las cosas pasan sin que sepamos muy bien porque pasan ya
que apenas hay desarrollo ni profundidad, ni en la trama ni en los personajes,
con lo cual creo que a lo mejor había que haber pasado de todos esos planos
panorámicos, muy bonitos pero totalmente carentes de contenido, y darle más
protagonismo al guión. O a lo mejor ha sido esta la manera que el director ha
elegido para rellenar minutos ya que el libreto es tan limitado que no da para
más.
Y ya no es sólo que el guión sea limitado, es que hay momentos de auténtica
vergüenza ajena como cuando Blanca Suárez cuenta un secreto del
pasado y llora (llora, por decir algo) o cuando los padres y la novia de Hugo (Yon
González) van a visitarlo a Alemania. Precisamente, esta escena es en
la que ya nos queda claro que esta película es una auténtica tomadura de pelo
que no tiene por dónde cogerla y que, de ahí, al final, no vamos a ver más que
tópicos previsibles e infumables.
Tengo que decir que no iba con muchas expectativas porque, una vez más, el tráiler
que cierta cadena privada no deja de programar cuenta mucho más de lo que debe
con lo que ya sabes por donde van a ir los tiros aunque, tengo que reconocer,
esperaba reírme un poco. Craso error, creo que en toda la película hubo un solo
chiste que me hizo esbozar una sonrisa y, en general, la historia me dio mucha
pena, pena por lo mal hecha que está esta película y pena porque muestra la
terrible realidad a la que lleva enfrentándose este país desde hace varios
años. Ni os molestéis en verla, hay cosas mucho más interesantes en la cartelera ahora mismo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario