El cine español tiene muy mala prensa. Es una realidad y sólo hay que darse
un paseo por algunas redes sociales para leer los comentarios de gente que, por
rutina, defenestra cualquier película española que se estrena. A esa gente que
piensa así, yo les preguntaría cual es la última película española que han visto
porque a lo mejor la respuesta nos daría una idea de por dónde van los tiros.
La realidad es que es innegable que hay auténticos bodrios en el cine español
pero igual que los hay en el cine estadounidense, en el francés y en cualquiera
que se os ocurra. Personalmente, me parece inconcebible decir que todo el cine
español sea malo y más después de haber visto La Isla Mínima.
Raúl Arévalo y Javier Gutiérrez son una pareja de policías a los que se les
encarga investigar la desaparición de dos chicas en un pueblo de las marismas
del bajo Guadalquivir pero lo que parecía un caso sencillo se convertirá en la
trepidante búsqueda de un peligroso asesino.