Piraña 2 es la secuela de Piraña 3D (Alexandre Aja, 2010) la cual, a su
vez, es un remake de la película homónima de 1978 que es considera como el primer gran título de Joe
Dante (Aullidos, Gremlins). Piraña 2
toma de su antecesora el gusto por la sangre y la obsesión por los desnudos
innecesarios y le añade unas grandes dosis de sentido del humor que consiguen
hacer de esta secuela una de las monster movies más divertidas de todos los
tiempos.
Un año después de los sucesos del Lago Victoria las autoridades creen que
han eliminado por completo cualquier rastro de las pirañas pero la realidad es
que aún siguen ahí y, si nadie lo evita, volverán a dejar un rastro de sangre y
muerte a su paso.
Piraña 2 va un poco más lejos de lo que fue la película de Alexandre Aja y,
directamente, pasa a ser una parodia de sí misma. En esencia, vamos a ver lo
mismo que vimos en Piraña 3D por lo que
abundarán los pechos siliconados, las escenas sangrientas y los personajes
absolutamente idiotas pero todo se va a tratar de una manera tan absurdamente
grotesca que la película u os parecerá absolutamente rídicula o un
festival del humor constante.
Si hay algo que hace que esta película sea uno de los mayores guilty
pleasure que he visto en los últimos años son sus cameos. Los dos primeros en
aparecer en escena son Clu Gulager (El Regreso de los Muertos Vivientos),
quien, como es hijo del director y tiene enchufe, aparece en todas las
películas de John Gulager, y Gary Busey (Le Llaman Bodhi), que protagonizan el
típico prólogo tan habitual en este género. El siguiente que aparece en escena
es Christopher Lloyd, del que hace poco
hablamos en este mismo blog con referencia a su participación en la inefable
Lago Sangriento. Lloyd, repite en el papel de Dr. Goodman y aunque sólo aparece
en dos escenas, ambas son para enmarcar. También repite Ving Rhames (Pulp Fiction), y lo hace
para regalarnos un momentazo a lo Planet Terror (Robert Rodríguez, 2007) que no
os dejará indiferentes. Pero ninguno de estos cameos está a la altura del que
es, sin duda, uno de los mejores cameos que he visto nunca: el de David
Hasselhoff.
Supongo que a estas alturas de la película no hace falta explicar quién es
David Hasselhoff pero por si hay algún despistado os invito a pasar por el
especial Machotes de los 80 que hicimos en este blog el año pasado para que os
hagáis una idea. Además, es imperativo conocer a The Hoff porque el cameo está
muy relacionado con uno de sus papeles estelares, el de Mitch Buchannon en Los
Vigilantes de la Playa. Y es que, en Piraña 2, David Hasselhoff hace de sí
mismo y acude, como estrella invitada, a la inauguración del parque acuático en
el que se va liar todo. Evidentemente, siendo un parque acuático, ya os podéis
imaginar que va vestido con su uniforme de socorrista. No quiero entrar en
detalles porque es mejor verlo sin saber nada pero su papel es lo más
desternillante que he visto en mucho tiempo y, sin duda, ésta
es la mejor interpretación de su vida.
Piraña 2 es zafia, vulgar y absurda. Aprovecha cualquier momento para
recrearse en la anatomía femenina y vuelve a usar cierta parte del cuerpo
masculino para ofrecernos la escena más surrealista de la película. Hay sangre,
vísceras y todo un repertorio de ataques sin sentido muy del gusto de este tipo
de cine. Sus protagonistas son, literalmente, tontos, sus guiones, de besugos y
no existe la más mínima intención de hacer algo que tenga un poco de dignidad
pero es francamente divertida porque no tiene el más mínimo problema en reírse de
sí misma. En mi ranking de bazofias particulares está al nivel de la saga Sharknado,
con eso lo digo todo pero no me atrevo a recomendarla porque hay que tener una
sensibilidad muy afín a este tipo de películas para encontrarle la gracia.
Vosotros sabréis lo que hacéis si os animáis a verla.
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