Sleepy Hollow fue la película que cerró la que, sin duda, fue la década más
fructífera de la carrera de Tim Burton. Esta película tenía todos los elementos
para ser un éxito porque el argumento se adaptaba como anillo al dedo a la
sensibilidad de Tim Burton y en ella volvía a trabajar con su actor fetiche,
Johnny Depp. Señores y señoras, mucho cuidado o rodarán cabezas.
Ichabod Crane (Johnny Depp) es un miembro de la policía de Nueva York que
es enviado a la localidad de Sleepy Hollow para investigar una serie de
horripilantes crímenes en los que las víctimas mueren decapitadas pero, nada
más que Ichabod llega a Sleepy Hollow, se dará cuenta de que no va a
enfrentarse con un asesino cualquiera.
Suelo decirlo al final de la entrada pero no puedo empezar a hablar de
Sleepy Hollow sin decir que es mi
película de Tim Burton favorita. Sleepy
Hollow me apasiona desde la primera vez que la vi en cine y, desde entonces, se
ha convertido en mi clásico de Halloween por excelencia. Sleepy Hollow es una
película, que se inspira en el relato de Washington Irving llamado La leyenda de
Sleepy Hollow, en la que Tim Burton nos presenta una historia de terror gótico
que hará las delicias de los amantes del género en su faceta más clásica.
Johnny Depp encabeza un reparto muy completo y da vida a un personaje que
encaja a la perfección en el prototipo en el que este actor se ha especializado
(antihéroes con una acusada vis cómica) con la salvedad de que, en este caso,
su caracterización no es especialmente llamativa. Ichabod Crane no destaca por
su valentía aunque sí por su inteligencia, perseverancia y, sobre todo, por su
corazón pero, lo que más gusta de este personaje es su toque humorístico, una
de las marcas de la casa en el cine de Burton. Hay mucha gente a la que,
precisamente, no le hace ninguna gracia esa “manía” de Tim Burton por meter
humor en historias aparentemente serias o terroríficas, a mí, en cambio, me
parece que es un gran acierto y, sobre todo, lo es en el caso de Sleepy Hollow.
Ya hemos hablado que el cine de Tim Burton no es cine de terror al uso. Si
la historia de Sleepy Hollow hubiera caído en manos de algún especialista en este
género (ya que estamos en Halloween, vamos a poner como ejemplo a John
Carpenter) seguramente habría acabado siendo una película absolutamente
terrorífica ya que, en ella, están todos los ingredientes para conseguirlo pero
Tim Burton no pretende horrorizarnos, ni en Sleepy Hollow ni en ninguna de sus
películas. El cine de Tim Burton va más en la línea que popularizaron películas
de los 80 como Los Cazafantasmas o Los Gremlins, que son películas que, por
temática, se pueden adscribir al terror pero que, gracias a su gran sentido del
humor, acaban siendo terroríficamente divertidas. Tim Burton ya empezó a mostrar
sus cartas en la misma década de los 80 con Bitelchús y la combinación terror y
comedia ha sido una máxima que ha mantenido a lo largo de su carrera (para
muestra, su penúltima película, Sombras tenebrosas).
Pero, a diferencia de otras películas de este director, en Sleepy Hollow el
terror está por encima de la comedia. De entrada, una historia protagonizada
por un asesino en serie, sin cabeza y de origen sobrenatural, que decapita a
sus víctimas y, encima, se lleva sus cabezas, no es cosa de risa. De hecho, los
pocos momentos cómicos a los que asistimos, son los protagonizados por Ichabod
Crane pero no tardan en desaparecer desde el momento en que la historia va
avanzando. También la ambientación ayuda, y mucho, a crear una atmósfera
terrorífica, siendo especialmente destacable la iluminación del genial Emmanuel
Lubezki, pálida, siniestra y al servicio de la historia.
Otro gran acierto es el jinete sin cabeza, interpretado por Christopher
Walken. Tengo que reconocer que Christopher Walken siempre me ha dado mucho
repelús y creo que todo viene porque de jovenzuela le vi en La Zona Muerta y,
tanto su personaje como su físico, me dejaron un poco tocada. Es cierto que al
actor, verle, lo que se dice verle, no se le ve mucho, pero tiene un par de
escenas, sobre todo la de la confrontación final, que son de las que te ponen
los pelos de punta. Y, que narices, un jinete sin cabeza proveniente del
infierno, impone y mucho.
Me da la sensación de que he divagado mucho en esta entrada y que, al
final, no he hablado mucho de la película en sí. Creo que la inmensa mayoría de
los que vayáis a leer esta entrada habréis visto esta película por lo que
espero que no os hayáis perdido entre esta maraña de elucubraciones. Sleepy
Hollow no es sólo mi película de Tim Burton favorita, es también una de mis
películas favoritas en general y, al hablar de ello, me dejo llevar por los
sentimientos. Sé que hay miles de películas mejor hechas, con cualidades
cinematográficas objetivamente superiores o con mejores interpretaciones pero
en esto del cine, como en todo lo que tiene que ver con el arte, acaba primando
también lo subjetivo y a mí, Sleepy Hollow, me tiene enganchada. Me encanta el
pueblo de Sleepy Hollow, me río con Ichabod Crane y sus aparatos, me enamoro de
Katrina Van Tassel (Christina Ricci) y paso miedo cada vez que el jinete sale
por la noche. Son unos argumentos muy simplistas pero, en el cine, como en la
vida misma, al final lo que nos acaba ganando son los pequeños detalles y por
ello y por todo lo que os he ido explicando líneas más arribas, Sleepy Hollow
ocupa el puesto número uno en mi ranking particular de películas de Tim Burton.
PD: ha sido fruto de la casualidad, lo prometo, pero me encanta publicar
una entrada dedicada a Sleepy Hollow en Halloween. Aprovecho y os deseo a todos
una terrorífica noche ¡feliz Halloween!
Os recomiendo leer la crítica que Calle Baker ha hecho de esta película ¡os encantará!
Os recomiendo leer la crítica que Calle Baker ha hecho de esta película ¡os encantará!
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