Hoy completamos
la tercera parte de la retrospectiva que vengo dedicándole a Jean Yarbrough
comentando La loba humana y The Brute man, ambas de 1946. Entre si, estas películas no tienen mucho ver, como analizaremos luego, pero en ambas
podemos apreciar un intento por parte del director de hacer algo más “serio ”,
dejando de lado el punto cómico y las pocas pretensiones que tenían obras
anteriores. En mi opinión, con esto lo único que se consigue es incidir más en
el “quiero y no puedo ” constante que es la filmografía de Jean Yarbrough y por
ello se pierde el (poco o mucho) atractivo que tenían sus películas.
La loba humana
(She-wolf of London)
Lo primero que
nos llama la atención es ver que la película es de la Universal, esa insigne
productora que durante los años 30 alumbró algunos de los títulos más
importantes del cine de terror de todos los tiempos (Drácula, Frankenstein, La
Novia de Frankenstein…). La mala noticia es que la mayoría de las películas que
se hicieron en los 40 ni de lejos están a la altura de las que hicieron en los
30 y ese es el caso de la película de Yarbrough. Uno de los pocos
títulos de renombre auspiciado por la Universal en los 40 fue El Hombre lobo
(1941) y, como era marca de la casa, se intentó repetir el éxito haciendo
películas relacionadas con el tema. Y ahí es donde nace She-wolf of London cinta que es considerada una especie de secuela de El Lobo Humano, película de 1935 y también de la Universal.
En este caso nos
encontramos con la historia de una joven heredera que vive atormentada por el
miedo a convertirse en una mujer-lobo a causa de la maldición familiar. El
hecho de que se produzcan una serie de terribles ataques en el parque cercano a la mansión familiar no
hace más que acrecentar sus temores. Lamentablemente, Yarbrough muestra sus cartas demasiado pronto y la
película es de lo más previsible con lo que ya sólo nos queda esperar al
desenlace para que nuestros peores temores se vean confirmados.
Los que esperéis ver
una película de hombres-lobo al uso no os molestéis en verla porque no vais a
encontrar nada de eso ya que es más bien un drama al estilo de Luz que agoniza (George Cukor, 1944). Y precisamente ese el problema de la
película, Yarbrough era un director limitado, totalmente incapaz de crear una
atmósfera mínimamente atractiva sin darle un toque sobrenatural al asunto y,
por eso, en el momento en que se descubre todo el pastel, la película cae
estrepitosamente.
The Brute Man
El principal
atractivo de esta película es ver a Rondo Hatton, el hombre que no necesitaba
maquillaje, un “monstruo real”. La realidad es que Rondo Hatton sufría una
enfermedad llamada acromegalia que causa un crecimiento desmesurado de las
extremidades y la cara. El hecho de tener ese aspecto tan impactante fue lo que
provocó que Hatton entrara en el mundo
del cine (antes era periodista) y se especializara en papeles de asesinos y
villanos varios.
En The Brute man (su
único papel protagonista) Hatton retoma un personaje que ya había interpretado
antes, el del asesino Creeper, a quien vimos como antagonista de Sherlock
Holmes en La Perla de la muerte (1945). Lamentablemente,
The Brute man fue su última película. Un ataque al corazón se lo llevó dos
meses antes de ser estrenada. Para el recuerdo quedará está
película que, en cierto modo, puede ser considerada pseudobiográfica ya que la
historia de Creeper y de Rondo Hatton tienen ciertos puntos en común.
La película no es
nada del otro mundo. Un siniestro personaje llamado Creeper está provocando el
pánico en la ciudad al ir cometiendo numerosos asesinatos sin que parezca haber
un motivo aparente, pero la verdad es que a Creeper le mueve uno de los motivos
más poderosos: la venganza.
Rondo Hatton
despunta por encima de un reparto en el que encontramos a Tom Neal, el
protagonista de la magnífica Detour, o a Jan Wiley, a quien ya vimos en
She-wolf of London.
El tema
pseudobiográfico. Rondo Hatton, al igual que el asesino Creeper, no siempre
tuvo el mismo aspecto con el que se hizo famoso sino que de joven era un atleta
bastante atractivo. Ignoro si el guionista de la película conocía este
dato, pero no parece casual que personaje y actor tuviesen tantos puntos en
común. A pesar de no ser
muy conocido por el público en general, Rondo Hatton no ha sido olvidado e
incluso hay unos premios con su nombre, los Rondo awards:
Siempre os dejo
el tráiler de la película de la que hablo pero no he encontrado nada decente
esta vez, así que os dejo un vídeo homenaje de Rondo Hatton
Y, resumiendo sobre la filmografía de Jean Yarbrough, sinceramente, no veo lugar para él en la lista de los peores directores de toda la historia del cine. Es cierto que no hizo nada del otro mundo y que somos cuatro gatos los que le conocemos, pero el encanto casposillo de The Devil Bat o de The King of the Zombies, rodadas sin pretender ser lo que no eran y supliendo la falta de dinero con la imaginación, son suficientes para que algún friki como yo le dedique unas líneas con la pretensión de que alguien más le conozca y le disfrute.
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