viernes, 11 de octubre de 2013

Jean Yarbrough (2)



Hoy, que tenía tiempo, he aprovechado para hacerme un maratón con las tres pelis que tenía pendientes de Jean Yarbrough, es decir, King of  the zombies, La loba humana y The Brute man.
En realidad, podría haberme visto del tirón las cuatro películas que componen esta especie de retrospectiva ya que todas ellas rondan la hora de duración pero creo que sería demasiada caspa para un solo día y no os lo recomiendo para nada, que luego hay que ver una de Tarkovsky para compensar y a lo mejor es peor y todo.

Primer título de hoy, King of the zombies (1941)



Sin duda es la mejor película de este director aunque cuando digo “mejor ” evidentemente no quiero decir “buena ”.  Podríamos denominarla como comedia terrorífica aunque es tan discutible que haga gracia (tiene sus momentos) como que de miedo (ni de coña).


La historia es muy sencilla, una avioneta se estrella en una isla tropical y sus pasajeros son acogidos por un enigmático doctor. Rápidamente empezarán a pasar cosas raras y detrás de todo ello estará el doctor.

Lo mejor de la película es el criado negro de uno de los pasajeros del avión que se estrella en la isla (interpretado por Mantan Moreland). Primero porque es el que da el punto cómico a la película y segundo porque es el que descubre la existencia de los zombies (de esos hablamos luego, que se las traen). Dignas de mención son las constantes referencias que el criado hace al color de su piel ("Estoy demasiado moreno para ser un fantasma"). No nos olvidemos de que la película es de los 40 y en aquella época la situación era muy distinta con respecto al tema racial y ver a un actor negro casi protagonizando una película (por muy cutre que fuera) no era muy habitual.

Del resto de personajes, solo voy a destacar al mad doctor interpretado por  Henry Victor, al que recordaremos por ser Hércules en la impactante Freaks del maestro Tod Browning. Curiosamente, la primera escena en la que aparece el doctor nos remite directamente a la presentación de Bela Lugosi en el Drácula de Browning, cuando éste baja por la escalera llevando una vela en la mano. Otro dato curioso sobre el doctor es su nombre ya que originalmente se llama Doctor Sangre.

Los zombies (porque sí, salen zombies en esta película). Los zombies son unos señores con los ojos muy abiertos a los que parece que alguien ha metido un palo por el trasero. Si quieres ver un zombie, no tienes más que dar una palmada. Los zombies no hablan pero sí comen (y no precisamente cerebros humanos). Lo que les gusta comer es sopa, pero sosa del todo ya que si toman sal mueren de nuevo. Pero el dato más curioso de estos zombies es que si se miran a un espejo no se reflejan (de traca).

No voy a entrar en más detalles porque casi va a ser más larga la reseña que el guión de la película pero no puedo terminar sin dejar de apuntar las similitudes que presenta esta película con la onírica obra maestra de Jacques Tourneur  Yo anduve con un zombie (1943). Ambas se desarrollan en un ámbito tropical, la sombra del vudú planea de manera constante y la manera de representar a los zombies es similar. Evidentemente, una está a años luz de la otra pero no deja de ser curioso el paralelismo y más siendo ambas casi coetáneas.

Es curiosa, es simpática y es corta, vedla

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