Algunos dirán que
es absurdo (incluso indignante o incomprensible) celebrar una fiesta importada
de Yankeelandia pero, en mi caso, me siento más identificada con esta
celebración que con muchas otras de las de toda la vida que ni entiendo ni
comparto y, sin embargo, respeto. Así que,
sintiéndolo mucho por todos esos puristas que aborrecen Halloween por no ser de
aquí, yo lo celebro (y disfruto) desde hace años y pienso mantenerla en mi
calendario de fiestas de guardar durante mucho tiempo.
Además de la decoración,
las chuches y salir disfrazado, los fánaticos de Halloween solemos elegir
cuidadosamente la selección de películas y música que vemos y escuchamos en estos
días. Cada año hay elementos nuevos en
la selección pero hay varias que, año tras año, vienen con la calabaza bajo el
brazo. Aviso, ni son las
más terroríficas ni son las más típicas de la época, simplemente son mis
clásicos de Halloween igual que La Jungla de Cristal (John McTiernan, 1988) es uno de mis clásicos
navideños (y lo digo totalmente en serio ¿eh?).
Sleepy Hollow
(Tim Burton, 1999):
Si digo que tengo
debilidad por Tim Burton, probablemente me quedaría corta ya que, a pesar
de que sus películas son cada vez menos apreciadas, yo no falto a mi cita
con él en el cine para seguir disfrutando de su cine. Siempre he dicho
que nadie hace los cementerios como Tim Burton y adoro su gusto por darle un
toque de horror gótico a casi todo lo que hace. Y de eso vamos a tener en mucho en
Sleepy Hollow. Eso y muertes truculentas, jinetes sin cabeza y Johnny Depp. Es probable que
con el tiempo Sleepy Hollow acabe haciendo tándem en mis visionados
halloweneros con Dark Shadows, que ni de lejos tiene el mismo nivel pero desde el primer visionado se ha convertido en uno de mis
guiltys más guiltys de los últimos años.
Los Cazafantasmas
(Ivan Reitman, 1984):
Si alguien no
conoce esta película, que haga el favor de dejar de leerme y se ponga a verla
ya, porque casi
debería de estar penado por ley no haber disfrutado nunca de esta ochentada. Lo mismo es
aplicable para el que no sienta deseos de bailar cada vez que oye su famosísima
canción:
La peli es cierto
que no da nada de miedo, en realidad seguramente haya unos cuantos que la
consideren hasta infantil pero a mi me ha acompañado desde la más tierna
infancia y la tengo un pedestal, hasta el punto de que el año pasado no me
llegó con verla sino que también me disfracé de Cazafantasma en Halloween (oh, yeah).
Thriller (John
Landis, 1982):
Hay traumas
infantiles y luego está el que tuve yo durante muchos años con este vídeo. De
hecho, el miedo a los zombies lo tuve hasta que me atreví a ver La noche de los
muertos vivientes (George A. Romero, 1968) y ya vi que la cosa no era para tanto.
Noche de miedo
(Tom Holland, 1985):
La descubrí una
noche de Halloween hace ya unos cuantos años y desde entonces me parece imprescindible. Nada que ver con el bodrio
perpetrado hace un par de años con Colin Farrell encabezando el reparto, que a
pesar de tener su punto como vampiro no le llega ni a la suela de los zapatos a
Chris Sarandon.
Pesadilla antes
de Navidad (Henry Selick 1993):
Alguno dirá ¿otra
película de Tim Burton? Pues sí, es mi ranking y pongo lo que me da la gana pero, y todo hay que decirlo, la película no la dirigió él aunque es innegable que la su mano es totalmente visible (y por eso la inmensa mayoría de la gente la
consideran de él, claro).
El caso es que
esta es una película comodín porque te vale para Halloween y para Navidad por
lo que yo suelo verla a finales de noviembre y así quedo en paz.
Esta es mi lista y, por ello, totalmente personal pero como para gustos los colores,
la siguiente entrada del blog hará un repaso a las mejores películas de
terror de todos los tiempos para que no os falten ideas para pasar una noche..
de miedo…
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