domingo, 3 de agosto de 2014

Sharknado 2: The Second One (Anthony C. Ferrante, 2014)



Si a estas alturas de la película aún hay alguien que no haya oído hablar de Sharknado debería hacérselo mirar porque, seguramente, fuera la película que más sensación causó en el pasado 2013. Sharknado supuso una auténtica revolución en redes sociales y fue tal el impacto que esa disparatada tv movie causó entre el público que la gente de SyFy rápidamente anunció una secuela para este año, secuela que acaba de ser estrenada en televisión.


Fin Shepard (Ian Ziering) y su mujer April Wexler (Tara Reid) vuelan a Nueva York para presentar el libro en el que relatan cómo sobrevivieron a los acontecimientos ocurridos en la anterior entrega pero lo que iba a ser un agradable viaje se convierte en una pesadilla cuando un tornado, repleto de tiburones, hace acto de presencia.


Sharknado 2: The Second One es, en pocas palabras, más de lo mismo. Los que se echaron las manos a la cabeza con la anterior, se horrorizarán con esta y los que disfrutaron con Sharknado cual cochinos en lodazal (entre los que me encuentro) gozarán igualmente con ésta. Si Sharknado es una película sin complejos, en Sharknado 2 la máxima es llegar aún más lejos y, por ello, la frase “no se van a atrever a hacerlo” acudirá a vuestra mente a cada momento del visionado. 



Y es que, el argumento de esta secuela es absolutamente surrealista. Básicamente, Sharknado 2 es una sucesión de escenas, locas hasta decir basta, en las que cualquier objeto es susceptible de convertirse en un arma, humanos y tiburones luchan de tú a tú y, sobre todo, donde los guionistas demuestran que tienen una imaginación portentosa y poco miedo al ridículo. Cada escena supera a la anterior en cuanto a bizarrismo porque es un todo vale constante en el que cualquier situación totalmente inverosímil deja de serlo por obra y gracia de los creadores.

Lo que más me gusta de esta entrega es que han optado por la vertiente friki y han acertado de pleno. En primer lugar, hay todo tipo de cameos. Me voy a quedar con el de Robert Hays, que es un homenaje directo a Aterriza Como Puedas. Este cameo yo me lo tomo como una especie de declaración de intenciones de lo que vamos a ver a lo largo de Sharknado 2: surrealismo, surrealismo y más surrealismo. En segundo lugar, me gusta mucho la recuperación de los elementos que hicieron única a Sharknado. No entro en detalles por no soltar spoilers así que sólo os digo que hay sierras mécanicas por doquier y “regalitos” a lo Jonás y la ballena.


A mí me ha gustado, no tanto como Sharknado porque el factor sorpresa ya no existe, pero encuentro en esta secuela todo lo que me sedujo en la primera entrega. Por supuesto, no es película para todos los paladares y sólo recomiendo visionado a los entusiastas de la primera.

La buena noticia es que vuelven a llover tiburones. La mejor noticia es que tendremos otra entrega de esta disparatada saga en 2015. Tiempo al tiempo, pero la saga Sharknado va camino de convertirse en un clásico tan veraniego como Verano Azul.

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