Me apetecía mucho ver la serie que Showtime había presentado esta
temporada porque cualquier ficción que tenga como personajes recurrentes a los
llamados monstruos clásicos ya tiene, como mínimo, mi interés. Si a eso le
unimos que está ambientada en la Inglaterra victoriana y que los dos primeros
capítulos fueron dirigidos por Juan Antonio Bayona, las ganas de verla iban
aumentando por momentos.
En Penny Dreadful seguiremos los pasos de Vanessa Ives (Eva Green) y Sir
Malcom Murray (Timothy Dalton), quienes reclutan a Ethan Chandler (Josh
Harnett), un habilidoso pistolero norteamericano, para que les ayuda en su misión: rescatar a
Mina (Olivia Llewellyn),
la hija de Sir Malcom. Por el camino contactarán con todo tipo de criaturas
sobrenaturales malignas, como vampiros o demonios.
El punto de partida de Penny Dreadful es similar al de las películas de
la Universal de los 40 denominadas Cóctel de monstruos. A lo largo de los 8
capítulos que componen la primera temporada de esta serie veremos desfilar a
todo tipo de criaturas fantásticas. Además de los citados, también serán
personajes recurrentes Dorian Grey (Reeve Carney) o Victor Frankenstein (Harry
Treadaway).
Precisamente, uno de los aciertos de esta serie es que, además de la
trama principal en la que confluyen, de un modo u otro, todos los personajes,
cada uno de ellos tendrá su propia subtrama que se irá desarrollando de manera
paralela a la principal. A destacar, en este sentido, el quinto episodio en el
que conoceremos el pasado de Vanessa Ives (Eva Green) y su tumultuosa historia
con la familia Murray, seguramente, el más impactante de toda la temporada.
La propia Eva Green es uno de los principales valores de Penny Dreadful.
Su personaje se va haciendo imprescindible a cada momento que pasa y tiene las
escenas más memorables de esta primera tanda de capítulos. No es que el resto
de actores no den la talla (que, en general, están estupendamente), es que ella
está muy por encima del resto porque, entre otros aspectos, su trabajo físico
es brutal. Siempre me ha parecido una actriz muy perturbadora y con mucha
presencia y su Vanessa se beneficia de todas esas cualidades, consiguiendo que
su personaje sea el más complejo de todos los nos encontraremos en la serie.
No estamos ante una serie de terror, propiamente dicha. Hay momentos
terroríficos y hay escenas truculentas pero no podemos considerar que el tema
principal sea el terror. Seguramente, esto sea debido a la inconsistencia de
la que adolece la serie, que provoca que
no termine de encontrar su lugar. La verdad es que la serie arranca con fuerza
y los primeros capítulos son tan intensos que enganchan enseguida. Lo malo es que, a medida que la acción avanza, va perdiendo fuelle y nos damos cuenta
de que la serie tiene un gran problema: le falta humor. Todo es muy
encorsetado, se nos quiere presentar a los personajes como seres sesudos e
inteligentes y acaban resultando incluso pedantes y, en mi opinión, la serie ganaría
mucho si hubiera algo más de humor negro y menos solemnidad.
La ambientación, me parece muy acertada y al servicio de la historia.
Siempre he creído que el Londres victoriano es un lugar muy propicio para este
tipo de historias. Lo que no termina de convencerme es el diseño de los
vampiros, bebe de las formas del Nosferatu de Murnau pero me resulta demasiado impersonal y poco atractivo. Es más, las escenas de lucha con los vampiros como protagonistas son bastante flojas en
general pero tengo esperanzas de que eso mejore en la próxima temporada con la
inclusión de algún que otro personaje que ha sido echado en falta en esta
primera entrega.
La recomiendo más por lo que puede venir en la segunda temporada que por
lo que hemos visto en esta primera. La season finale consigue lo que se espera
de un buen capítulo de final de temporada: que te quedes con ganas de más. En
este capítulo se abrieron un par de tramas, a cada cual más interesante, que
nos pueden hacer pensar que la segunda temporada cogerá lo bueno de la primera
y lo mejorará. Pero eso ya lo veremos en 2015, cuando nos llegarán los 10
capítulos que compondrán la segunda temporada.
Por si alguno se lo había preguntado, el nombre de la serie hace
referencia a las historias de terror que se vendían por capítulos, al precio de
un penique, en la Inglaterra Victoriana, los llamados Terrores de Penique. De hecho, en uno de los capítulos podremos ver una referencia a Varney el vampiro, uno de los Terrores de Penique más famosos y que ejerció una importante influencia en la literatura vampírica posterior.
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