martes, 8 de julio de 2014

Muerte bajo el Sol (Guy Hamilton, 1982)

Las adaptaciones cinematográficas de las novelas de Agatha Christie darían para hacer un ciclo porque son muchas y variadas. Centrándonos en la figura de Hercules Poirot, encontraremos un buen número de películas en las que el célebre detective belga es el protagonista. Han sido varios los actores que han dado vida a este personaje tan querido y, quizá, uno de los más conocidos sea Peter Ustinov, quien durante los años 70 y 80 interpretó este papel en unas cuantas ocasiones, entre las que se encuentra la película de hoy: Muerte bajo el Sol.
 
 
Hercules Poirot (Peter Ustinov) se desplaza a una isla del mar Adriático siguiendo la pista de un diamante falso pero, lo que parecía un asunto bastante sencillo, se complicará en el momento en que se produce el asesinato de uno de los huéspedes del hotel en el que se aloja.



Esta película es la adaptación cinematográfica de la novela de Agatha Christie Maldad bajo el sol (1941).  En la película, además del cambio de título (sabe Dios porqué) encontraréis algunos cambios con respecto a la novela pero, en esencia, la estructura es similar. Lo más destacable de esta película es la cantidad de estrellas que aparecían en ella. Era muy habitual que en los films basados en novelas de Agatha Christie aparecieran actores conocidísimos. Concretamente, en la que hoy nos ocupa, además de al citado Peter Ustinov podemos encontrarnos a Maggie Smith (saga Harry Potter), James Mason (Con la muerte en los talones) o Roddy McDowall (El Planeta de los Simios). Otros ejemplos de películas con características similares serían Asesinato en el Orient Express (Sidney Lumet, 1974) o Muerte en el Nilo (John Guillermin, 1978) que es considerada predecesora de Muerte bajo el sol porque gran parte del equipo trabajó en ambas películas.

Otra característica de este tipo de películas es que son correctas sin más. Son vistosas y cuentan una buena historia pero pasa lo mismo que con las novelas de Agatha Christie, que a todo el mundo le gustan pero nunca encabezarían una lista como las mejores obras literarias de la historia. Son películas cuya única pretensión es entretener y, eso, lo consiguen con creces, así que, en ese sentido, cumplen con lo que pretenden.

Algunos datos sobre el director Guy Hamilton, quien tiene una filmografía bastante interesante. Muerte bajo el sol no fue la única adaptación de una novela de Agatha Christie que dirigió ya que, en 1980, se puso a los mandos de El espejo roto y, además, fue director habitual de la saga de James Bond, con títulos tan representativos como Goldfinger (1964) o Vive y deja morir (1973).

Creo que esta película es bastante adecuada para este ciclo por un par de razones. Primero, es bastante ligera, con lo que es muy adecuada para verla cuando el calor aprieta y quieres ver una película que te entretenga sin necesidad de hacer un gran esfuerzo por seguir la narración. Y segundo, porque se desarrolla en verano en una isla idílica y abundan las escenas refrescantes. Por cierto, y como curiosidad, a pesar de que la historia se desarrolla en el Adriático, la película fue rodada en las Islas Baleares.

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