Hay proyectos que dan mucho que
hablar desde que se anuncian y uno de los que más ríos de tinta ha hecho correr
en los últimos tiempos ha sido este Batman v. Superman. Empezando
porque había ganas de ver si DC
podía ponerse al nivel de Marvel ,
siguiendo porque el argumento era
atractivo y terminando por la polémica elección de Ben Affleck como Batman,
los que dedicamos buena parte de nuestro tiempo en redes sociales a hablar de
cine, hemos tenidos temas de conversación para rato.
Por eso, no es de extrañar, que
muchos tuviéramos marcado con rojo el día del estreno de esta película ya que
el hype estaba por las nubes. Y el hype estaba por las nubes porque lo que
íbamos sabiendo de la película tenía muy buena pinta, porque el primer tráiler
nos emocionó (no tanto el segundo, todo sea dicho) y porque las primeras
críticas la ponían muy bien (las primerísimas, luego llegaron los palos). La
cuestión, ahora que ya la hemos visto es ¿se han cumplido las expectativas?
¿nos da Batman v. Superman lo que esperábamos? Y ¿sobre todo, merece la
pena pasar por caja y verla? Pues no, no y…sí. Al lío.
¿Se han cumplido las
expectativas? No, para nada. En los días previos al estreno de la película se
veía un ambiente muy receptivo con respecto a esta cinta y ahora lo que se
palpa, en general, es decepción. Y no es para menos, porque la película tiene
unos errores muy gordos que provocan que los pocos aciertos que se nos presentan
pasen casi desapercibidos. Las críticas,
mayoritariamente, están siendo
demoledoras, tanto que algunas voces ya apuntan que a lo mejor Warner
debería replantearse el futuro cinematográfico que tenía previsto para
el universo DC. Quizá sea muy exagerado, pero a mí siempre me había
parecido que los de Warner se habían subido a la parra demasiado pronto anunciando
(y rodando) un puñado de películas que no tenían del todo claro si iban a
funcionar. Que sí, que el género vende, que Marvel
arrasa y Fox sabe que tiene un filón
con X-Men que, seguramente, no soltará
muy fácilmente, pero sólo hay que recordar el fallido Spiderman de hace un par de años o Cuatro Fantásticos para saber que, aunque el espectador de
blockbusters no tiene un paladar muy exquisito, tonto no es. De todos modos, todo esto de lo que estamos
hablando no son más que castillos en el aire y la respuesta nos la darán, como
siempre, las cifras de recaudación.
¿Nos da Batman v. Superman lo que
esperábamos? Es evidente que no y los motivos son muchos. De entrada, el principal problema que tiene esta
película es su lamentable guión. A lo largo de la cinta hay unos agujeros
de guión tremendos y, en muchas ocasiones, no entendemos porque los personajes
actúan de la manera que lo hacen. Si a esto le sumamos que nos son pocas las
ocasiones en que los personajes manejan datos relevantes para el desarrollo de
la trama que parecen haber obtenido por ciencia infusa y que hay un puñado de
escenas metidas con calzador que no se sabe si son sueños, si son reales o si
son imaginadas, el caos en la historia es brutal.
Por otro lado, los personajes
están muy mal dibujados. Superman sigue en la misma línea que
ya vimos en El Hombre de Acero, así que, si en esa película os convenció con
su Kal-El
taciturno que busca su lugar en el planeta, en esta encontraréis más de lo
mismo. Ben Affleck hace lo que puede y, aunque no deslumbra, cumple
dándole tosquedad y madurez a un Batman que acaba erigiéndose como
protagonista de la película. Lamentablemente, el que destaca para mal es Jesse
Eisenberg como Lex Luthor. En mi opinión, es el
personaje peor diseñado y el que protagoniza los momentos más bochornosos de la
película. No es que la sombra de Gene
Hackman sea alargada o algo así, es que este Lex Luthor no hay por
dónde cogerlo. En el caso de Affleck tengo claro que el actor
hizo lo que pudo con lo que tenía y que, seguramente, podía habernos ofrecido
más (a ver si se confirma en el futuro) pero con Eisenberg no sé qué
pensar porque en ningún momento llegamos a creérnoslo.
Otro de los problemas de la
película es que peca de ese defecto tan extendido en algunas primeras partes
que es el de pretender abrir un montón
de frentes sin llegar a profundizar en ninguno. Con un guión tan inconsistente este error es
imperdonable porque a veces tenemos la sensación de ir de un tema a otro de
manera totalmente errática y con la sensación de que los guionistas no saben hacia donde vamos. Y el
problema en este caso es aún más grande porque dedicarle tanto tiempo a temas
casi insustanciales provoca que las dos peleas “gordas” acaben siendo muy poca
cosa. Y qué queréis que os diga, la mayoría de los que vamos a ver esta
película acudimos a verla con la intención de presenciar una batalla titánica entre
dos de los superhéroes más conocidos de todos los tiempos y, no, por desgracia, de eso no
vamos a encontrar casi nada.
¿Merece la pena pasar por caja y
verla? Aunque os pueda parecer increíble, sí. Sí porque, a pesar de un guión
tan pésimo y que la película es algo larga, al final de todo te quedas con la
sensación de que estás viendo la primera entrega de una saga y que lo mejor
está por llegar (soy de naturaleza optimista, que le vamos a hacer). Y esa
sensación, principalmente, la provoca lo que para mí es el gran acierto de la
película: Wonder Woman. Gal Gadot está imponente como Diana
Prince y se apropia de cada
escena en la que aparece, de manera que se convierte en lo mejor de la
parte final de la cinta. Me ha dejado una impresión tan buena que, desde aquí,
sólo puedo decirle a los creadores que me vayan reservando una entrada para
la película de 2017 porque no veo la hora de saber más de este personaje. Lo
curioso es que lo de que Wonder Woman deje tan buen sabor de
boca se lo debemos única y exclusivamente a la actriz, porque el personaje está
mínimamente esbozado y carece de una presentación en condiciones. En esta misma
línea también es reseñable la introducción de otros personajes a los que,
espero, conoceremos con más profundidad en La Liga de la Justicia.
Otro aspecto que quizá no sea per
se un acierto pero que contribuye a no empeorar el resultado final es que Zack
Snyder está bastante más comedido de lo que suele ser habitual.
Seguimos encontrando constantes de su filmografía como los tonos terrosos, el
gusto por dotar a sus personajes de oscuridad y ese aire mesiánico que
envuelve, sobre todo, a Superman. También se ve su mano en
las escenas de acción pero, en mi opinión, creo que no es el principal responsable de que esta película no funcione como
debe.
En resumen, estoy segura que ahora mismo habrá
muchas personas cabreadas por culpa de esta película porque la expectación era
enorme y la mayoría esperábamos mucho más, pero tengo confianza en que lo mejor
está por venir. Creo que Warner ha pecado de precipitación en
su intento por emular a Marvel y no
se han dado cuenta de que estaban empezando la casa por el tejado así que,
aunque han perdido la oportunidad de hacer algo colosal, a lo mejor sólo hay
que darles un poco más de tiempo para que salga algo realmente interesante. Veremos.
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