Es temporada de premios y los cinéfilos andamos estresados porque el tiempo
vuela y hay muchas películas que ver. No hay duda de que este inicio de año
está siendo inmejorable ya que, cada semana, llegan a nuestra cartelera títulos
de lo más llamativos. Esta semana ha sido el turno de La Teoría del Todo, el
esperado biopic de Stephen Hawking.
Cambridge, 1963. Stephen Hawking (Eddie Redmayne) conoce a Jane Wilde (Felicity Jones) en una
fiesta y, enseguida, se dan cuenta de que han nacido para estar juntos pero lo
que ellos no saben es que Stephen ya está empezando a
experimentar los primeros síntomas de la enfermedad
motoneuronal que algún día le dejaría postrado en una silla de ruedas.
La Teoría del Todo es una película que se basa en las memorias que escribió en 2008 Jane Wilde
Hawking, primera mujer de Stephen. En esta película, descubriremos como
Stephen y Jane se enamoran y, sobre todo, como afrontaron juntos la enfermedad
del científico. Antes de centrarme en aquello de lo que todos hablan, es decir,
la interpretación de Eddie Redmayne, no quiero dejar
pasar por alto un aspecto de la película que, particularmente, me ha gustado.
Ya os avanzo que la película no me parece nada del otro mundo (luego desarrollo)
pero su positivismo y la manera de hacernos comprender que, a pesar de todo, Stephen Hawking ama la vida, me
han dejado muy buen sabor de boca y creo que es un mensaje con el que todos deberíamos quedarnos.
Y ahora, Eddie Redmayne. Antes de verle en La Teoría del Todo, no
tenía muchas referencias de su trabajo más allá de un par de películas pero la
sensación que me daba es que era un actor apocado y con poco brillo y ahora ya
no sé qué creer. Es decir, o se estaba reservando para sacar toda la artillería
pesada cuando llegara el momento o no han sabido sacarle partido y nos ha
tenido engañados todo este tiempo porque la realidad es que Eddie
Redmayne brilla con luz propia en La Teoría del Todo. Sabéis que soy
del #TeamBirdman a muerte y que voy
con Michael Keaton hasta el final
pero, desde que vi esta película el pasado fin de semana, ya no tengo tan claro
que el Óscar al mejor actor vaya a ser para Keaton y, lo que es peor, creo que
no me molestaría mucho que se lo llevase Redmayne. Y es que, la interpretación
de este hombre, es de las que pone los pelos de punta. Vamos a dejar a un lado
todo el tema de las transformaciones físicas porque no soy nada partidaria de
dar premios basados únicamente en ellas pero es que creo que en este caso lo
que prima, por encima de todo, es el trabajo del actor. Empezando por el hecho
de que había muchos momentos en los que creías que estabas viendo al verdadero Stephen
Hawking y terminando porque es increíble que una persona pueda
transmitir tanto cuando casi ni se mueve, lo que queda claro es que el rodaje
tuvo que ser muy duro para Eddie Redmayne.
También hay que destacar la interpretación de Felicity Jones. Su papel
tampoco era fácil, básicamente porque la vida junto a una persona con una
enfermedad de esas características no tuvo que ser sencillo y trasladarlo todo
a la gran pantalla no es tarea para cualquiera. De todos modos, no creo que sea
una interpretación de las que hacen época aunque, todo sea dicho, teniendo
delante al deslumbrante Eddie Redmayne, es difícil destacar.
El resto de los actores, entre los que están Charlie Cox, Emily
Watson o David Thewlis, tan solventes como nos tienen acostumbrados.
Pero después de los halagos, vienen los palos. Y, por mi parte, La
Teoría del Todo, se va a llevar más de uno. Si le quitamos la
maravillosa interpretación de Eddie Redmayne y lo bien que está el
reparto en general, la inspiradora banda sonora (por momentos, todo sea dicho)
y los medios técnicos, nos quedamos con una película que para nada merece la
cantidad de elogios que está recibiendo y que, además, va perdiendo fuelle por
momentos. El principio, con los primeros pasos de la relación de los
protagonistas y las primeras manifestaciones de la enfermedad de Stephen
Hawkins es emotivo y, sobre todo, prometedor pero, a medida que la
trama se centra en la vida cotidiana del matrimonio y, aún más, cuando lo que
prima es el punto de vista de Jane por encima del de Stephen, tengo que reconocer
que me he aburrido. Es más, si soy sincera, cada vez que Eddie Redmayne quedaba en
segundo plano tenía la sensación de estar viendo un telefilm de sobremesa.
La Teoría del Todo es la típica película que se beneficia de la
magnífica interpretación de uno de sus actores principales. Todos los años nos
encontramos ejemplos de este tipo sólo que, en este caso, además, nos la están
presentando como una de las mejores películas del año. Para mí, está muy lejos de
entrar en esa clasificación y, sin embargo, creo que merece verla porque nos
ofrece una de esas interpretaciones que quitan el hipo.
Otras impresionantes críticas de El Club del Cinéfilo
Comunidad Ravenheart
Cine de Patio
Coleccionista de Instantes Cinematográficos
Calle Baker
Ocio en Pocas Palabras
Aleucine
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Aleucine
Hola!
ResponderEliminarA mi me han gustado mucho ambos protagonistas, y voy a diferir un poco contigo a este respecto jeje. Sin quitar ni un ápice al magnífico trabajo de Redmayne, he de decir que casi me ha gustado más ella.
En cuanto al Oscar yo veo q la cosa está muy pareja entre Redmayne y Keaton, y sinceramente, no sé cual se lo llevará. Si el ganador fuese otro distinto que cualquiera de ellos, sí sería un sorpresón mayúsculo.
En cuanto a la película en sí, coincido en que no es la mejor del año. Aunque a mi me emocionó bastante he de decir que fue motivado por que tuve la oportunidad de ver el preestreno que organizó Fundela, y el ambiente que se vivió en la sala fue especial
Bicos
krtles
Coincido en que sería algo totalmente inesperado que el Oscar se lo llevase otro actor, de los cinco que se lo disputan son los mejores sin duda. Con el paso del tiempo, vuelvo a tener preferencia por Keaton pero creo que es por lo mucho que me gustó Birdman.
EliminarPor cierto, si que tuvo que ser especial ver la película en ese contexto, normal que te emocionase.
Muchas gracias por pasarte, besotes