Siempre he pensado que Woody Allen tiene que ser una
persona de costumbres o, al menos, esa es una sensación que puede desprenderse
de la observación de su carrera ya que, además de constantes como los títulos de
crédito a ritmo de jazz o un protagonista neurótico, si hay algo a lo que es
fiel este director desde hace muchos años es a estrenar una película por año.
Este año, de la mano de Emma Stone y Colin Firth nos llega Magia
a la luz de la luna.
Stanley (Colin Firth) es un mago
inglés, tan analítico como racional, que considera que los espiritistas y
médiums son unos estafadores. Por eso, cuando conoce a Sophie (Emma
Stone), una supuesta adivina y médium a la que nadie ha podido
desenmascarar, todo su mundo empieza a tambalearse.
Magia a la luz de la luna es un divertimento ambientado en la Costa Azul de los años 20 que, sin
dejar de ser una obra menor en la filmografía de Woody Allen, destaca por
la excelente química que tiene su pareja protagonista. Salvando las distancias,
esta película me ha hecho pensar inmediatamente en Scoop (2006). Ambas tienen una pareja protagonista que, de entrada,
no termina de convencerte porque no sabes qué tal van a encajar pero que acaba
ganándote por lo bien que conectan en pantalla. Además, ambas cintas no están al nivel de las grandes comedias de Woody
Allen en cuanto a pretensiones pero son lo suficientemente amenas como
para que resulten divertidas.
No os voy a negar que soy bastante fan de Woody Allen aunque tengo
que reconocer que me costaba seguir siendo una devota en estos últimos tiempos
porque, excepto contadas excepciones, la mayoría de películas que Allen
ha rodado en este siglo están muy por debajo del nivel al que nos tenía
acostumbrados. Sin embargo, esas contadas excepciones a las que me refiero (Match Point, Midnight in Paris o Blue
Jasmine) tienen tanto peso que me valen para recordar que tengo una cita
anual con el cine de Woody Allen.
Magia a la luz de la luna es una ligera comedia romántica que, además de en la buena conexión entre Amanda
Stone y Colin Firth, se apoya en la agilidad de unos diálogos que van
en la línea de las películas de lucha de sexos que se hicieron tan populares desde
los años 40 gracias a directores como Howard
Hawks o George Cukor. La mala
noticia es que, aunque ágiles, los diálogos no son especialmente brillantes, de
ahí que la película acaba siendo algo mediocre. En cualquier caso, lo que sí que
vamos a encontrar son elementos tan habituales en el cine de Allen
como son mujeres de personalidad arroladora, la obsesión con el paso del tiempo
y la muerte o los personajes de carácter neurótico. Vamos, que Woody Allen vuelve a tirar, una vez
más, de la fórmula que lleva utilizando desde los inicios de su carrera.
Magia a la luz de la luna no va ser recordada como uno de los grandes títulos de Woody
Allen y, sin embargo, resulta lo suficientemente entretenida como para
que los fans de este director nos molestemos en verla. A mí, me ha gustado. Veo
sus defectos y sus carencias pero, como pasa con la mayoría de películas de Allen,
terminé de verla con una sonrisa en los labios y eso ya es más de lo que
consiguen la mayoría de películas de estreno que veo cada semana.
Otras críticas de Magia a la luz de la luna que te recomiendo:
-Cine de Patio: http://cinedepatio.blogspot.com.es/2014/12/magia-la-luz-de-la-luna.html
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