Que una cadena
generalista como Cuatro dedique su programación de este sábado a emitir
películas protagonizadas por tiburones demuestra el tirón que los escualos siguen teniendo. Otro día podríamos dedicarnos a analizar porque nos gustan
tanto las monster movies con bestias pardas devoradoras de hombres pero hoy lo
que vamos a hacer es un ranking con las cinco películas que todo amante del
género debería ver (según mi modesto criterio, claro). Cuidado, que muerden.
5. 1916, el
verano del Tiburón (2009):
En realidad no es
una película, es un documental del canal Discovery Channel pero es muy
interesante para entender de donde viene todo ya que los hechos que en él se
cuentan fueron los que inspiraron la novela Tiburón de Peter Benchley (que a su vez fue la base del guión de Tiburón de Spielberg).
También me gusta por su puesta en escena, ya que está ambientando en el momento
en el que ocurrió todo y son los propios testigos los que van contando los hechos.
El 1 de julio de 1916
se vivieron auténticos momentos de terror cuando un joven bañista moría víctima
del ataque de un tiburón en la costa de Jersey. Pero esto sólo fue el
principio, los ataques siguieron y el recuento final fueron cuatro muertos, un
herido y una oleada de pánico como nunca se había visto...
4. Deep blue
sea (Renny Harlin, 1999):
El subgénero de
tiburones tuvo la desgracia de ver la luz con Tiburón. Digo “desgracia” porque
cuando eres el iniciador de un subgénero y la primera película es la mejor, poco se puede
esperar del resto. Y supongo que los que vinieron detrás eran plenamente
conscientes de ello ya que la mayoría de producciones con escualos como
protagonistas son auténticos bodrios con sangre y chicas ligeritas de ropa a
partes iguales. Por eso Deep blue
sea destaca entre el resto, porque tiene guión (o algo así), porque tiene
pretensiones y porque tiene un motivo. Podemos cuestionarla, criticarla o
incluso vilipendiarla ya que es evidente que no es nada del otro mundo, pero al
menos tiene un punto de partida más o menos interesante y actores decentes y
conocidos. También tiene unos tiburones malísimos con ganas de comerse a todo
el que se ponga por delante y eso mola, claro que sí.
Científicos que
juegan a ser Dios modifican genéticamente el cerebro de unos tiburones
convirtiéndolos en las máquinas de matar más increíbles que hay en la Tierra.
El problema viene cuando una tormenta tropical destroza las instalaciones donde
los guardan y ya nadie puede pararlos. Ahora los tiburones están a la cabeza de
la cadena alimentaria y los científicos están en el menú de hoy.
3. Mega Shark
vs Giant Octopus (Jack Perez, 2009):
Cualquier persona que se considere fan de la caspa debe conocer The Asylum,
esa inefable productora que se adelanta a los pelotazos de la temporada y saca
su propia versión de ellos antes que nadie. Precisamente esta fue la película que
les dio “fama” a nivel mundial porque sólo alguien como los chicos de The
Asylum podían sacarse de la manga algo así.
La película es mala, muy mala, pero las escenas de muerte y destrucción son tan bizarras, que merece la pena verla. Por un lado tenemos un Megalodón, un tiburón prehistórico de tamaño descomunal, y por otro un pulpo gigante que, por algún motivo que desconocemos, son enemigos acérrimos. Estas dos bestias pardas estaban zurrándose de lo lindo en algún momento del pasado pero quedaron atrapados bajo el hielo y la pelea quedó en tablas. Llega, entonces, el cambio climático y con él, el deshielo y estos dos animalicos quedan libres de su cárcel. En vez de ponerse allí mismo a solventar sus diferencias, deciden dar la vuelta al globo y encontrarse al otro lado del planeta. En su camino irán cargándose todo lo que se encuentran, un portaviones, un avión…el Golden Gate de San Francisco…Ojito a la escena del avión, de lo más grande que he visto nunca.
Un consejo: poned el cerebro en modo encefalograma plano antes de verla, la
disfrutaréis más.
2. Sharknado (Anthony C.Ferrante, 2013):
Enlazo aquí la crítica que hice de esta obra maestra de la Serie B hace
unos meses porque poco más puedo añadir. Es loca, es histérica, es surrealista
y es divertida: vedla sí o sí.
1.Tiburón
(Steven Spielberg, 1975):
Tiburón es un
must see y no sólo porque fue la que inauguró este idilio hombre-tiburón que
tanto gusta sino porque es una grandísima película que lo tiene todo. Hay acción,
comedia, camaradería y sobre todo, terror. Y es que Tiburón
da miedo y eso es porque parece real. A diferencia del resto de películas que
he comentado en este ranking, el argumento de Tiburón nos lo creemos porque es factible.
Todos somos conscientes de que en el mar hay animales peligrosos
que pueden atacarnos. Además, los personajes son gente normal que se encuentran
ante una situación que no lo es y hacen lo que pueden para sobrellevarla. Conclusión,
lo que cuenta Tiburón podría pasarle a cualquiera y por eso nos da tanto miedo.
También hay que
añadir que el que la rodó sabe algo de estas cosas. No soy la fan número uno de Steven Spielberg pero es innegable la maestría que tiene con la cámara y lo
bien que sabe dosificar la tensión para ir creando el ambiente más apropiado.
También ayudó mucho la partitura de John Williams, esa que resuena en tantas
cabezas cada vez que dentro del agua ven acercarse una sombra.
Tiburón es un
gran ejemplo de lo que pasa cuando reúnes un equipo cuyos componentes están en
un estado de gracia: haces un clásico del cine, una de esas películas que toda
persona debería ver al menos una vez en su vida.
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