viernes, 4 de septiembre de 2020

Mandíbulas (Steve Miner, 1999)


Que sí. Que estoy muy monotemática. Que me paso la vida hablando del mismo tipo de películas.  No sé, he cogido con ganas este verano esto del terror acuático. También es verdad que hay películas y películas, porque cuando lo que se me pone por delante es esa delicia llamada Mandíbulas, no sé cómo resistirme. Así que ¿qué me decís de un viajecito hasta Lake Placid?

Todo se empieza a descontrolar en una tranquila localidad de Maine cuando los cadáveres se empiezan a amontonar en torno a un lago que hay por la zona ¿qué es lo que está matando a la gente y cómo llegó hasta allí?

Mandíbulas es una película con aroma a Serie B cuyos principales pilares son un humor muy negro, algo de gore, un grupo de personajes bastante disfuncionales y un cocodrilo con mucha hambre. 

Por si no fuera poco, es el claro ejemplo de que se puede hacer (bien) una monster movie protagonizada por un depredador acuático sin que las mujeres del reparto enseñen carne a tutiplen. Y, para mi, ese es un gran punto a su favor. Desde el momento en el que no hay que recurrir a lo de siempre, ya podemos albergar la esperanza de que los personajes femeninos van a tener bastante más empaque del que suelen tener habitualmente. Y, la verdad, tengo que admitir que el personaje de Bridget Fonda me parece sensacional. Y Betty White es capítulo aparte.

Como ya hemos dicho, uno de los pilares de Lake Placid son sus personajes. En general, son, como poco “especiales”. Es un grupo tremendamente pintoresco que parece imposible que vaya a funcionar y que, sin embargo, lo hace a la perfección. Todos tienen su aquel, porque si los personajes femeninos son de armas tomar, los masculinos no se quedan atrás y nos dan momentos memorables. 

Supongo que el hecho de que el reparto esté compuesto por actrices y actores profesionales y de sobrada experiencia previa, hace que el nivel de esta película sea bastante superior al que suele ser habitual en este tipo de cine. Y entre este dato, que el guión tiene consistencia y unos cuantos buenos momentos y que los efectos especiales son más que decentes, soy incapaz de entender cómo esta película tiene tan mala fama.

Yo, Mandíbulas, la recomiendo incluso a los que no son fans de las monster movies acuáticas. Creo que es un muy buen ejemplo de que no hace falta caer en lo chabacano para hacer una película con bestias devoradoras descerebrada y divertida. Disfrutadla.


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