Fascinación (AKA
Obsesión) es una película de 1976 del director estadounidense Brian de Palma (Carrie,
Los intocables de Elliot Ness, Atrapado por su pasado) protagonizada por Cliff Robertson (Mujeres en Venecia, Charly), Geneviève Bujold (Ana de los mil días, Inseparables) y John Lithgow (Footloose, Dexter).
Esta película llegó a mis manos hace unos meses de la manera más tonta ya que la encontramos a precio de derribo en una conocida tienda (de esas que dicen eso de “yo no soy tonto”). Además del precio, también influyó la edición en si, que como véis en las fotos, trae la película y un libro sobre Brian de Palma metidos dentro de una lata metálica de lo más mona.
En un documental que viene como extra en el DVD, Brian de
Palma y Paul Schrader (guionista de la película) dicen que vieron Vértigo y de ahí sacaron la inspiración para hacer Fascinación. Habrá quien hable
de inspiración o habrá quien incluso hable de plagio. La cuestión es que las
semejanzas son muchas, empezando por el hecho de que la banda sonora fuese
compuesta por Bernard Herrmann (quien también compuso la de Vértigo) siendo más que evidente que hay
mucho de la primera en la segunda, siguiendo porque la premisa del guión es
básicamente la misma y terminando porque hay planos que parecen calcados.
Pero el tema
es que Brian de Palma en ningún momento ha negado sus intenciones ni sus influencias
y, teniendo en cuenta en la bizarrada en la que se acaba convirtiendo su
película creo que se ha ganado sin dudarlo el sello de aprobación de los guilty
pleasures de Pinguirina.
Fascinación es una especie de Vértigo meets Rebeca. Nos
cuenta la historia de una familia feliz a la que sacude la tragedia cuando
la mujer y la hija del protagonista
(Cliff Robertson) son raptadas y el secuestro tiene un desenlace fatal. Pasan los años y
él no olvida, así que su socio (John Litgow) le convence para ir a Florencia,
curiosamente el lugar en el que conoció a su añorada esposa. Y allí, en la preciosa
iglesia de San Miniato al Monte conoce a una joven idéntica a su amor perdido.
Como nos podemos imaginar, y al igual que pasaba en Vértigo, el personaje de
Cliff Robertson hará todo lo posible por acercarse a esta joven y empezar una
relación con ella (y lo consigue, claro).
Es desde este
momento cuando la película cada vez se hace más loca e histérica.
Reminiscencias de Rebeca, necrofilia latente, traición, confusión e…incesto. A esto hay que
unirle unos diálogos que, por momentos, son sonrojantes (la mayoría de las
intervenciones de John Litgow son de traca), una cámara totalmente enloquecida
e irritante (como es marca de la casa) y un actor protagonista que no está a la
altura en ningún momento porque tiene la misma cara de palo durante todo el
metraje (hijo mío, que te pasa de todo y ¡¡¡¡no mueves ni un músculo!!!!).
Mención especial
para Geneviève Bujold, la mejor del reparto sin duda, en un doble papel (y que
papelón, madre mía).
En conclusión, que
es guilty a más no poder y algo me dice que no será la última vez que hablemos
de Brian de Palma…
Para acabar, os dejo el tráiler de Vértigo y, además, os invito a ver las dos películas del tirón, seguro que el mini-maratón no os defrauda.
Obra cabestra.
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo, Iván
EliminarIntuyo que "Vestida para matar" va a serlo también ¿no?