sábado, 19 de julio de 2014

El Origen del Planeta de los Simios (Rupert Wyatt, 2011)



Esta semana ha llegado a nuestras carteleras uno de los llamados a ser blockbuster del año, El Amanecer del Planeta de los Simios. Esta película es la segunda parte de una saga iniciada en 2011 con El Origen del Planeta de los Simios, película que puede ser tomada como precuela de la mítica El Planeta de los Simios (Franklin J. Schaffner, 1968).


Will (James Franco) es un científico que dedica todos sus esfuerzos a encontrar una cura para el alzheimer y, para ello, no duda en realizar todo tipo de pruebas con monos. Cuando el experimento en el que trabaja es cancelado, se hace cargo de César (Andy Serkis) un bebé chimpancé que desde el primer momento demostrará poseer una inteligencia superior a la del resto de sus congéneres.

  

Si contamos la película recien estrenada, la saga de los simios se compone de 8 películas. A falta de ver El Amanecer del Planeta de los Simios, lo que tengo claro es que El Origen del Planeta de los Simios es la segunda mejor película de la saga, tan solo superada por la película original, la de 1968. También hay que decir que tanto las secuelas de los años 70 como el flojo remake que Tim Burton perpetró en 2001 son muy inferiores a estas dos, así que tampoco es que Rupert Wyatt lo tuviera muy complicado para sacar adelante algo medianamente decente.



El Origen del Planeta de los Simios tiene una virtud: un excelente personaje principal. César (Andy Serkis) es el sostén de la película y el resto de personajes orbitan a su alrededor. César es quien hace que el film valga la pena, quien te invita a seguir la trama con interés y quien consigue que te identifiques con la causa de los simios, algo que no había sucedido en las anteriores entregas. A mí, en concreto, esto de que te hagan identificarte o demonizar un bando no es algo que me guste pero, en este caso, lo acepto, porque las penalidades que sufren los simios e incitan a la rebelión que encabeza César son totalmente creíbles. Y precisamente, esa es una de las cualidades más destacables de César, su credibilidad. 


En el lado negativo no hay nada especialmente escandaloso pero porqué, dejando de lado aspectos tan positivos como los referidos a César, abunda la mediocridad. La verdad es que había leído críticas bastante entusiastas sobre esta película pero no veo nada que la haga merecedora de ella. No creo que esta película haya supuesto ningún hito para el cine de ciencia-ficción, algo que sí que consiguió, en cambio, la película de 1968. Es un blockbuster resultón y entretenido, bastante más consistente de lo que suelen ser las primeras partes que hemos visto en los últimos años pero, si exceptuamos la todopoderosa presencia de César y el tramo final, poco más hay que destacar.
 




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