viernes, 4 de julio de 2014

Cuenta Conmigo (Rob Reiner, 1986)

Muchos de los que ya hemos pasado los 30 hace tiempo tenemos muy buenos recuerdos de la década de los 80. Es la década a la que asociamos nuestra infancia y, como es natural, en aquellos tiempos vimos películas que, de un modo u otro, nos han marcado y hoy las recordamos con una mezcla de cariño y nostalgia. Algún día haré un ranking de películas que me marcaron cuando era una niña pero si hay una película que me hace recordar ese tiempo pasado cada vez que la veo es Cuenta Conmigo.





El verano está a punto de acabar y Cornie (Wil Wheaton), Chris (River Phoenix), Teddy (Corey Feldman) y Vern (Jerry O'Connell) deciden emprender una aventura. Su objetivo es encontrar el rastro de un chico de su edad que lleva varios días desaparecido (y presumiblemente fallecido) pero en el camino encontrarán mucho más que el cadaver del muchacho.



Cuenta Conmigo es nostalgia en estado puro. La historia está narrada en primera persona por la versión adulta de Cornie (Richard Dreyfuss). Según vamos conociendo a cada niño, nos damos cuenta de que lo de menos es la época en la que está ambientada esa historia (años 50) porque sus ilusiones y decepciones son las mismas que podríamos tener cualquiera a esa edad. Cada niño tiene una problemática propia y, por ello, cada uno se aferra al grupo de amigos como sino hubiera nada en el mundo. Y de hecho, en esta película se dice una frase que enfatiza, aún más, ese aire nostálgico que embarga toda la cinta: nunca he vuelto a tener amigos como los que tuve cuando tenía doce años.


Y la verdad es que esa frase podría ser un buen resumen de lo que es la película porque representa esa añoranza de la niñez, esa melancolía que nos embarga a todos cuando pensamos en los buenos tiempos del pasado porque sabemos que nunca volveremos a ver el mundo de la misma manera que lo veíamos cuando éramos unos niños. Y ese aspecto se hace aun más patente cuando sabemos lo que la vida le deparó a cada uno de los chicos.

Como vemos, tenemos dos temas de peso en la película: la nostalgia y la amistad. Ambas temáticas son el eje principal del relato pero hay otro tema presente y es tan importante como los otros dos: la pérdida de la inocencia. Cada uno de los niños tiene sus propios dramas, por ejemplo, Cornie tiene que convivir con una familia desolada por la muerte del hijo mayor (John Cusack) y Chris paga las consecuencias de pertenecer a un núcleo familiar en el que abundan los problemas motivados por el alcohol y la delincuencia. Además, como grupo, tienen sus propios conflictos, ya que tienen que bregar con la típica pandilla de matones, encabezada por un jovencisimo Kiefer Sutherland. Por otro lado, el viaje que emprenden en busca del cadaver del chico desaparecido, no deja de ser un viaje iniciático ya que va a ser un momento crucial en su infancia. Y, además, está el final del verano que en este caso más que el final del verano es casi el final de una era.


A pesar de que los que llevan el peso de la película son los actores más jóvenes, no es una película infantil. Es más, seguramente esté recomendada para todos los públicos (o casi) pero yo no se la pondría a un niño porque dudo mucho que un chaval de 10 años pudiera apreciar toda la carga que lleva detrás esta historia. 

Y hablando de los actores, como habéis visto, los principales actores son bastante conocidos. A mi esta película me recuerda, en este aspecto, a Rebeldes (Francis Ford Coppola, 1983) que también estaba plagada de actores, casi debutantes, que luego acabarían siendo conocidos mundialmente (Tom Cruise, Matt Dillon, Diane Lane...). En este caso, la mayoría de actores, excepto el malogrado River Phoenix, siguen trabajando con asiduidad. Quizá los más conocidos por el gran público sean Kiefer Sutherland (24) o Richard Dreyfuss (Tiburón) pero también es habitual ver trabajos de Wil Wheaton (The Big Bang Theory), John Cusack (Grand Piano), Corey Feldman (Saga Jóvenes Ocultos) y Jerry O'Connell (Piranha 3D).


Un dato que os llamará la atención a los que no conozcáis la película es que el guión es una adaptación de The Body, novela corta, de tintes autobiográficos, escrita por Stephen King en 1982. En palabras del propio King, Cuenta Conmigo es una de sus adaptaciones favoritas. Y no me extraña, porque esta película es una auténtica delicia.

De regalo, la canción de Ben E. King. La disfrutaréis, junto con otras grandes canciones, durante el visionado de la película.




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