miércoles, 16 de abril de 2014

Gila, el Monstruo Gigante (Ray Kellogg, 1959)


Estados Unidos, años 50. En el típico pueblo de la América rural, comienzan a producirse una serie de inquietantes desapariciones. No hay señales de las víctimas, únicamente son encontrados sus coches destrozados. Lo que nadie se imagina es que tras esas desapariciones está un animal de proporciones gigantescas que no tardará en provocar el pánico entre los habitantes del lugar.


Gila, el Monstruo Gigante es una película de (muy) bajo presupuesto que fue filmada en Texas, siendo rodada al mismo tiempo que Musarañas Asesinas, también dirigida por Ray Kellogg y, como es de esperar, es el típico bodriete cincuentero en el que la más que evidente falta de medios se intenta suplir con mucha imaginación.

 

Como deja claro el título, el causante de la amenaza es un monstruo gigante. Lo gracioso es ver como con un presupuesto de unos 138.000$ se hace una película en la que el principal antagonista es un lagarto gigante. Supongo que los productores se hicieron la misma pregunta y de ahí que optaran por la opción más imaginativa y barata, es decir, grabar imágenes con un lagarto real en maquetas de los escenarios y superponerlas con las de los actores. El resultado, como os podéis imaginar, canta por bulerías. Evidentemente, no hay ni una sola escena en toda la película en la que coincidan el lagarto y los actores y, cuando se produce un ataque, tan sólo vemos una garra gigante y, seguidamente después, la víctima en el suelo. Lo mejor es que, por no verse, no se ve ni sangre así que podemos deducir que estamos ante un monstruo de lo más escrupuloso ya que se come a la gente sin desperdiciar ni una gotita de sangre.


Las interpretaciones son entre pésimas y lamentables destacando personajes tan innecesarios como el típico hombre poderoso que, como las cosas no se hacen a su gusto, quieren que rueden cabezas o un DJ borrachuzo soso como él solo. El resto, al nivel de lo esperado pero sin desentonar porque la película es tan mala que tampoco pasa nada. La verdad es que no se puede decir casi nada en favor de esta película, como mucho alabar la labor del pobre lagarto, que sólo espero que no resultara dañado durante la filmación de la película.

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