Había muchas ganas de que llegara la noche de los Oscar y, como de
costumbre, el resultado no ha dejado indiferente a nadie. La gala prometía,
principalmente porque la elección de Neil Patrick Harris había sido muy
bien recibida en general y porque la edición del año pasado había dejado buenas
sensaciones con lo que estos Oscars 2015 parecían tener
suficientes ingredientes para ofrecernos una noche de cine. Empezamos.
Dice el refrán que lo que mal empieza, bien acaba y en este caso, la gala
de ayer fue lo mismo, pero del revés. Estos Oscars 2015 no pudieron
empezar de mejor manera con un número musical interpretado soberbiamente por Neil
Patrick Harris que, como poco, te ponía los pelos de punta. Lo malo es
que este momentazo fue prácticamente el único destacable de una gala larga,
aburrida y muy sosa. Si quitamos el momento petaca de Benedict Cumberbatch
(¿cómo no vamos a quererlo?) y la parodia de Birdman/Whiplash que
provocó que Neil Patrick Harris apareciera en el escenario en calzoncillos
(os suena ¿verdad?) los únicos buenos momentos de la noche nos los regalaron
los premios y algunos discursos. Una pena porque me cae muy bien Harris pero se
echó mucho de menos a Ellen DeGeneres
ayer noche.